Razones por las que dejar de consumir tanta carne
El 20 de marzo se celebra el día mundial sin carne. Un día entre los 365 días del año ¿Por qué no? Si eliminas o reduces tu consumo de carne, obtendrás beneficios para tu salud, los animales, el planeta y la justicia social. Y quizá, puedas incluir esta reducción de carne en la dieta del perro de la familia con NeoNatural Vegan daily ¡Te los contamos a continuación!
El consumo excesivo de carne se asocia a enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes y cáncer. En 2015 la Organización Mundial de la Salud declaró la carne procesada -salchichas, hamburguesas y embutidos, entre otros- como cancerígena para los humanos y la incluyó en el grupo de sustancias más peligrosas para la salud junto con el aire contaminado, el plutonio, el humo del tabaco y el alcohol. El organismo también puso entonces el foco en la carne roja (vacuno, cerdo, caballo, cordero, cabra…), considerándola como “probablemente carcinógena”. Por ello, tanto la OMS como el Foro Mundial para la Investigación del Cáncer pidieron limitar su consumo.
Además, comiendo carne también ingieres restos de medicamentos que ponen en peligro tu salud. Porque es una práctica común en la ganadería dar a los animales sanos grandes cantidades de antibióticos para promover su crecimiento y prevenir enfermedades. En algunos países, aproximadamente el 80% del consumo total de antibióticos de importancia médica se suministra principalmente para fomentar el crecimiento, según explica la OMS. Este uso excesivo e inadecuado contribuye a la creciente amenaza de resistencia a los antibióticos.
Por su parte, una alimentación 100% vegetal se relaciona con un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, colesterol, cálculos renales, hipertensión, diabetes, enfermedades renales y cáncer.
Tu dieta dirá mucho sobre tus condiciones de vida, pero también sobre la de millones de animales de todo el mundo. Se estima que unos 70.000 millones de animales se matan al año para consumo humano, sin contar a los peces y otros animales marinos. No sólo son crueles sus muertes sino todos sus años de vida. La mayoría de los animales destinados para el consumo humano viven hacinados e inmovilizados en granjas industriales. Estos animales, seres que sienten y sufren como nosotros, y que tienen consciencia -tal y como concluyó la Declaración sobre la Consciencia de Cambridge de 2012-, tienen una vida espantosa al haber sido convertidos en meras máquinas de producción.
La producción de alimentos de origen animal tiene también un gran impacto ambiental: contribuye a la contaminación atmosférica, la degradación del suelo, la pérdida de biodiversidad, la deforestación y al cambio climático. Según afirma la FAO, el sector pecuario genera más gases de efecto que el sector del transporte.
Según el estudio Climate change and livestock: Impacts, adaptation, and mitigation (Cambio climático y ganadería: impactos, adaptación y mitigación), publicado en 2017 en Climate Risk Management, el sector ganadero contribuye con el 14,5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), lo que impulsa aún más el cambio climático.
La actividad agrícola, ganadera y la gestión del sistema alimenticio actual generan el 23 % de los gases de efecto invernadero, según el último informe sobre tierra y cambio climático del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). En el trabajo calculan un aumento de las emisiones de la producción agrícola, impulsado por el crecimiento de la población, los ingresos y los cambios en los patrones de consumo.
Asimismo, la ganadería tiene un gran impacto en los recursos hídricos: se requieren 1.500 litros de agua para generar un kilo de granos y diez veces esa cantidad, 15.000 litros, para producir un kilo de ternera, según datos de las Naciones Unidas. A la elevada cuantía de agua utilizada para el cultivo de los piensos, se añade la de toda la cadena de producción. Directamente, los animales consumen agua en una cantidad que equivale a entre el 60 y el 70% de su peso corporal, sin embargo, indirectamente, este sector también utiliza agua en las granjas, sobre todo en las industriales, y en los mataderos. Además del consumo, la contamina. Los residuos ganaderos acaban en las napas subterráneas y superficiales, y en los ríos. También acaban en el medio ambiente restos de los medicamentos que los ganaderos dan a los animales
Un tercio de las tierras fértiles del planeta se utiliza para cultivos agrícolas destinados a alimentar a los animales y en zonas de África y América del Sur se destruyen grandes extensiones de bosques tropicales para cultivar alimento para el ganado lo que provoca que la población local no disponga de esas tierras para alimentarse.
También sufren los empleados de la industria cárnica, que suelen ser normalmente las personas más vulnerables de nuestra sociedad, con trabajo precario, explotación y estrés. El periodista Jordi Évole retrató la dura realidad de algunos trabajadores de un matadero en el programa de televisión Salvados (La Sexta).
¡También tenemos buenas noticias para los canes de la familia! si en esta elección de reducir el consumo de carne, quieres hacer partícipe a los perretes de la familia, te puede interesar el artículo Un perro, ¿puede ser vegetariano o vegano?